Dirígete a Murano, famosa por su excepcional legado vidriero. Maravíllate ante la delicadeza de un artesano del vidrio local que demuestra el arte del soplado de vidrio en una fábrica en funcionamiento. Da rienda suelta a la adicta a las compras que llevas dentro, pasando una hora entre multitud de boutiques de cristal, cada una con tesoros únicos hechos a mano.
A continuación, zarpa hacia la vibrante isla de Burano, famosa por sus intrincados encajes y sus casas pintadas de vivos colores. Sigue al guía hasta el corazón de la ciudad, donde podrás disfrutar de un delicioso almuerzo, degustando aperitivos tradicionales venecianos, o una cucharada de helado en un encantador bar local.
Desde Burano, aventúrate hasta Torcello. Dedica una hora sin prisas a contemplar los impresionantes mosaicos veneobizantinos que adornan la Basílica de Santa Maria Assunta.
