¿Es posible ir al Louvre y no ver la Mona Lisa? Pues sería como visitar Ámsterdam sin ir en un barco por los canales, o visitar Pisa sin hacerte fotos sosteniendo la torre.
Sin embargo, es una pregunta sensata: ¿merece la pena la Mona Lisa? Es el retrato más famoso jamás pintado, pero la realidad es que este cuadro de 77 x 53 cm atrae a hordas de monstruos con paloselfis. Hay parejas que arquean el cuello, asomándose a través de los más pequeños huecos entre la multitud para echar un vistazo a la pose intemporal de Lisa Gherardini.
Sí, la cola de seguridad para acercarse a menos de 5 metros del cuadro es un engorro. Sí, a veces te sentirás como en una sardina enlatada mientras rebotas de hombro en hombro hacia el fondo de la cola. Sin embargo, algo tiene esta audiencia fugaz con la Mona Lisa que te hace sentir parte de un club muy especial. Es una de esas cosas que recordarás durante el resto de tu vida, ¡así que no te lo pienses más y compra las entradas del Louvre!
