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Descubrir másEl imponente aura y la arquitectura de San Juan de Letrán te impresionarán. Se trata de la basílica más antigua de la cristiandad, que data del siglo IV. Se restauró en el siglo XVIII y es una de las catedrales del Papa. Esta combinación de significación religiosa y belleza visual la han convertido en la favorita de quienes visitan Roma.
Sabrás que te acercas a una de las mayores basílicas del mundo con solo ver su exterior. Las ingentes estatuas de mármol que representan a Jesús y a diversos santos se alzan imperiosas en lo alto de la imponente fachada neoclásica. La Puerta Sagrada situada a la derecha solo se abre cada 25 años por el Papa, mientras que la grandiosa puerta de bronce central perteneció al Senado del Foro Romano. Pero no solo las puertas son impresionantes.
Cuando entres, te sobrecogerán el alcance, la grandeza y la belleza del edificio. La nave te da la bienvenida bajo techos abovedados, al tiempo que la luz del sol resplandece a través de los ventanales. El diseño, flanqueado por un doble pasillo e impresionantes estatuas de mármol que acentúan las líneas rectangulares, parece querer transportarte hacia el ábside, coronado por una cúpula.
La decoración es detallada, bella y variada. No olvides mirar hacia lo alto: el techo encofrado en pan de oro lleva el escudo de armas de los papas Pío IV y Pío V.
La forma actual del edificio data en su mayoría del siglo XVIII, si bien se conservan algunas reliquias y vestigios de épocas anteriores: el bello altar gótico del siglo XIV, las dos columnas de bronce revestidas de oro del siglo II e —increíblemente— la Escalera Santa, los peldaños que ascendió Jesús durante la Pasión, que se trasladaron a Roma siglos atrás.
Se trata de un lugar ilustre y conmovedor, cuyo gran atractivo cautiva a creyentes y no creyentes por igual.
Combina Basílica de San Juan de Letrán con otros favoritos de Roma. Algunas cosas es mejor disfrutarlas juntas.